
Por todos lo
países que hemos atravesado, hemos sido abordados siempre con la misma pregunta,
where are you from?. Pero en este
país, nos sorprende su
interés por saber
hacia dónde nos dirigimos.
- Vamos hacia
Muscat.
- ¿En bicicleta? Pero está
lejíííííísimos.
- No
problem,
we come
from Spain by bike.
Nuestra respuesta les deja indiferentes, pues o no nos creen o bien no controlan
ni papa de
geografía.
- Vosotros
estáis locos.
Muscat está a más de 200
kilómetros.
Tampoco es de
extrañar que se asusten por semejante esfuerzo
físico, pues los
omanís utilizan el

coche para el más
mínimo desplazamiento: acudir a orar cinco veces al
día a la cercana mezquita; para
avituallarse en los
Fast-food... Ésto último nos saca de quicio, pues ni tan siquiera se bajan del coche para pedir o pagar, y a golpe de claxon esperan que el encargado del establecimiento (normalmente de origen indio o
pakistaní), acuda veloz a su llamada.
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